A todos los efectos, el servicio de lavandería de un hotel funciona como una auténtica lavandería industrial, con la única diferencia de que está gestionado y organizado por el propio hotel. El servicio de lavandería de un hotel es sin duda uno de los aspectos más importantes a gestionar en la organización de un hotel.
Si lo pensamos un momento, los principales parámetros por los que se juzga a los hoteles son: la limpieza de las habitaciones, la limpieza y calidad de la lencería suministrada y, por tanto, el servicio de lavandería.
No cabe duda de que para garantizar la mejor calidad, disponer de una lavandería interna es una opción interesante tanto en términos de funcionalidad como de seguridad, pero también y sobre todo de ahorro de costes para los proveedores externos.
Optar por enriquecer un hotel con un excelente servicio de lavandería interna es, por tanto, una elección muy acertada, pero obviamente conlleva una serie de problemas, relacionados tanto con la gestión como con la elección de las máquinas más adecuadas.
Siga leyendo, porque en este artículo vamos a intentar comprender cómo gestionar la lavandería de un hotel y qué máquinas elegir.
Cómo gestionar la lavandería de un hotel
Para gestionar correctamente la lavandería de un hotel, generalmente hay que tener en cuenta tres parámetros: necesidades, espacio y flujo de trabajo. Veamos estos parámetros paso a paso:
Conocer las necesidades significa entender exactamente por qué es práctico y necesario establecer un servicio de lavandería interna en su hotel. Aunque pueda parecer obvio que disponer de ropa limpia es la única necesidad, en realidad puede haber otras necesidades, como las económicas, vinculadas a la cantidad. En muchos casos, los establecimientos pequeños con pequeñas cantidades de material para lavar no encuentran práctico tener su propia lavandería. Los costes de instalación y funcionamiento tardarían demasiado en amortizarse.
Si, por el contrario, se trata de un establecimiento grande con muchas habitaciones y quizás incluso un restaurante, es entonces cuando la necesidad se une a la comodidad. Muy a menudo, en estos establecimientos también es necesario procesar ropa blanca de distintos tipos y tejidos, a veces incluso muy finos.
Espacios: gestionar una lavandería de hotel de la mejor manera posible también significa elegir y organizar los espacios adecuados. Hay que reservar la sala más adecuada, tanto para la instalación de las máquinas como para la manipulación de la mercancía durante las fases de trabajo. Debe ser espacioso y accesible, con abundantes estanterías y estantes para guardar la ropa limpia, y puertas y ventanas para la ventilación. También debe estar suficientemente alejado e insonorizado, si es posible, para no causar contaminación acústica a los clientes.
Una vez definidos y respetados los parámetros anteriores, sólo queda definir el flujo de trabajo. Esto es esencial para gestionar eficazmente el servicio. Establecer un flujo de trabajo significa saber con precisión y de forma consecutiva cuáles serán las etapas del proceso, de principio a fin. Seamos claros, cada hotel tendrá su propio flujo de trabajo, que variará en función de sus características, pero en general podríamos dividir un buen flujo de trabajo en estas etapas
- recogida de la ropa sucia tras la salida;
- clasificación de la ropa según el tejido (diferentes tejidos, diferentes lavados);
- lavado;
- secado,
- planchado;
- distribución de la ropa limpia.
Todo este flujo, si se sigue y se apoya en máquinas profesionales, garantiza la máxima gestión y, por tanto, calidad.
Por supuesto, nada de esto puede hacerse sin las máquinas adecuadas.
¿Qué lavadoras y secadoras debe elegir para la lavandería de su hotel?
Las lavadoras y secadoras que hay que elegir para la lavandería de un hotel son sin duda de tipo industrial. Pero intentemos entender por qué.
En la gran mayoría de los casos, los tipos de tejidos que hay que lavar en los hoteles son: ropa de cama, ropa de baño, manteles y toallas, que hay que lavar todos los días, o varias veces al día.
De ahí la necesidad de optar por lavadoras y secadoras industriales, capaces de soportar grandes y constantes cargas de trabajo, garantizando al mismo tiempo la máxima fiabilidad.
Además, dada la variedad de tejidos a tratar, será necesario elegir máquinas con el mayor número posible de programas, incluidos los de higienización y desinfección, dada la situación actual, para poder cubrir todas las necesidades tanto del establecimiento como, en su caso, del cliente.
Otro aspecto importante a tener en cuenta es el consumo/ahorro energético y, en este sentido, es aconsejable elegir lavadoras y secadoras con motor inverter que permiten variar la velocidad de lavado y centrifugado, garantizando un considerable ahorro energético y un excelente rendimiento. Además, este tipo de máquina reduce considerablemente las vibraciones durante la fase de centrifugado, por lo que no es necesario fijarla al suelo.
Por último, sin duda merece la pena elegir lavadoras y secadoras de la mejor calidad posible, capaces de durar en el tiempo y de garantizar el máximo rendimiento y, sin duda, también ahorro.
A este respecto, es útil saber que existen empresas especializadas capaces de suministrar máquinas de la máxima calidad en diversas fórmulas, desde el alquiler hasta el uso inmediato, garantizando también toda una serie de servicios, como la instalación y el mantenimiento.
En resumen, las lavadoras y secadoras a elegir para la lavandería de un hotel son:
- de carácter industrial;
- con el mayor número posible de programas, incluidos los de higienización y desinfección;
- con motores inverter, si es posible;
- de la mejor calidad posible.
Dicho esto, sólo queda elegir el equipo que mejor se adapte a sus necesidades y a las de su hotel.